Amanece
Amanece de nuevo, se desata
otra mañana el tedio repelente,
y va la gente adonde va Vicente
con la inercia anodina que la mata.
De la odiosa rutina florinata,
la luz zarrapastrosa, de repente,
desliza el resplandor por el cual miente
su mugre el tiempo como alguna rata.
Viscosa flor por mor de azar sin huella,
la vida en el planeta va y se estrella
como una mala idea contra olvido.
Tiene la rosa de la vida en llanto
hundidas sus raíces, por lo tanto,
si puede darme nada, nada pido.
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